¿Las mujeres comienzan a emprender más? Algunas claves presente y futuras.

 

 

 

 

 

Nos queremos preguntar si están cambiando las tendencias de emprendimiento en femenino en España tras la pandemia, como muchos otros cambios de ciclo social en materia de igualdad de oportunidades, A continuación exponemos algunas claves de los cambios que parecen vislumbrarse.

Según la última EPA del cuarto trimestre de 2022 aún el 67% del emprendimiento aún es masculino, en impacto de Triple Balance la proporción de mujeres sube hasta el 60%, existe pues todavía una brecha de género en el emprendimiento pero las tendencias parecen mostrar cambios.

Según el Informe GEM Nacional 2021-2022, los techos de cristal se están rompiendo en el emprendimiento, puesto que el porcentaje de mujeres que se involucran en iniciativas emprendedoras de menos de tres años y medio de vida (5,6%) es superior al de los hombres (5,4%), aumentando así la participación de las mujeres en todas las fases del proceso emprendedor.

El porcentaje de mujeres con empresas consolidadas es del 6%, mientras que el porcentaje de hombres es de 8,3%, viendo todavía cierta diferencia a favor de los hombres de estabilidad y progresión.  Se observa que hombres y mujeres emprenden por igual, y que, además, las personas emprendedoras hablan de expectativas de crecimiento de la mano de la digitalización potenciando el aprovechamiento de oportunidades del entorno post-pandemia.

Respecto al emprendimiento reciente, las mujeres aumentan el porcentaje de 4,8% en 2020 a 5,6% en 2021, mientras que los hombres bajan de un 5,6% a un 5,4%, por lo que se puede vislumbrar un cambio de tendencia, que tiende a la paridad en emprendimiento y todos los efectos que supone a nivel social, económico y ecológico.

Además, en los últimos años, hay un mayor porcentaje de mujeres jóvenes de entre 18-44 años, mientras que el mayor porcentaje de hombres se encuentra situado en edades más tardías, concentrándose la mayoría entre los 35 y 65 años.

Poniendo el foco en la sostenibilidad, las personas emprendedoras manifiestan en un porcentaje bastante elevado su preocupación por el impacto social y medioambiental en sus iniciativas, sobre todo las mujeres, aunque es cierto que el porcentaje es menor cuando se trata de actuar con medidas concretas para minimizar dicho impacto social respecto a su actividad empresarial. Esto queda remarcado en que el porcentaje de mujeres supera al de hombres en la iniciativa de crear empresas que generen cambio o marquen diferencia a nivel mundial. Sin embargo, el porcentaje de mujeres es inferior en aspirar a conseguir una renta alta, siendo el objetivo y la motivación del emprendimiento desde los últimos años es ganarse la vida, especialmente el de las mujeres.

Mientras, en cuanto al nivel de formación de las personas emprendedoras, el porcentaje de mujeres emprendedoras con educación universitaria era superior al de los hombres en todas las fases del proceso emprendedor. De hecho, en relación a la especialización, el 17% de las emprendedoras potenciales tenían un título de máster, mientras que el porcentaje de emprendedores potenciales era del 13%. Así, las mujeres se encuentran generalmente mejor formadas que los hombres, pudiendo ser este dato una ventaja que permita crear iniciativas emprendedoras que se diferencien en el futuro. En las iniciativas que suponen relación con los empleados, los hombres tienen una mayor tendencia a contratar que las mujeres, también en las iniciativas de nivel tecnológico medio-alto, las cuales además suelen realizarlas personas jóvenes. En cuanto a la orientación de las iniciativas recientes, el 33% de los hombres tienen una orientación internacional, frente al 27% en el caso de las mujeres; pero si la orientación internacional es en empresas consolidadas, 28% son lideradas por mujeres, frente al 21% por hombres.

Concluyendo, parece que aunque los hombres siguen representando un porcentaje más elevado de iniciativas emprendedoras, entre otras cosas porque tienen mayor tendencia al riesgo, una tendencia más fuerte al enriquecimiento en la empresa como referente, tras la pandemia las mujeres están aumentando progresivamente su representación en el emprendimiento.  Lo hacen desde una perspectiva muy preparada y formada, con una visión más sostenible del proyecto a largo plazo, lo que les permitirá marcar la diferencia en el futuro en las diferentes iniciativas, con un visión más de cambio social y mundial muy ligado a las empresas con propósito, evaluando el impacto social, ecosostenible y económico de su actividad empresarial y emprendedora, muy triple balance. Ello explica que en este tipo de proyectos las mujeres ya estén en el 40% 60% como muestran los datos de la Asociación de Empresas por el Triple Balance.

Desde Contraluz Investigación y Consultoría Social colaboramos con este tipo de empresas y proyectos en todos sus procesos desde la definición del proyecto (estudio de mercado), la financiación y el desarrollo de un concepto Triple Balance orientado a la equidad y la igualdad.

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